En la actualidad el estrés invade nuestras vidas y absorbe nuestro tiempo con un cúmulo de actividades.

Parece un bombardeo ininterrumpido de «tengo que ir, hacer, llevar», etc.

Los más afortunados disfrutan todo este ajetreo, hacen lo que les gusta y en teoría deberían estar bien. Sin embargo hay muchos, menos afortunados, que se encuentran inmersos en una rutina asfixiante, que parece dejar tiempo solo para sobrevivir y no para vivir.

Normalmente se piensa que los placeres de la vida o la felicidad se encuentran en cosas lejanas, en sueños y que son difícilmente alcanzables en el día a día, se dejan de lado aquellas cosas que no son urgentes, para «cuando se pueda»; sin pensar que muchas de ellas tienen que ver directamente con nuestra salud y bienestar, como puede ser una buena alimentación o el ejercicio. Y lo más grave es que no son tan difíciles de conseguir, muchas veces están al alcance de la mano y no las aprovechamos.

Hasta este punto probablemente se pregunte ¿Qué tiene que ver esto con las mascotas??? Pues mucho.

La vida esta hecha de momentos y la mayoría de la gente coincide en que lo que mas disfruta es la buena compañía, ¿Acaso no es el deseo de todos «pasar buenos momentos»? Entonces yo me pregunto por qué desperdiciamos o no valoramos la fuente inagotable de cariño, compañía y amistad que nos brindan las mascotas. Ellas están ahí prácticamente a nuestra disposición para pasar con nosotros ratos de tranquilidad, soledad o diversión, incluyendo por ejemplo el acompañarnos a hacer ejercicios.

Los animales domésticos también disfrutan de nuestra presencia; si no, basta ver la alegría que les da a los perros cuando llegamos, tanto que poco les falta para que su cola de reguilete los eleve o a los gatos que se nos pasean por las piernas, ronronean e insinúan que los carguemos o acariciemos. Muestra clara es la tristeza que les da a muchas mascotas cuando salimos.

Además, están científicamente comprobados los beneficios terapéuticos de tener un amigo peludo en quien podamos confiar y que a su vez confíe en nosotros.

El sentimiento es mutuo y fortalece la autoestima de las personas, no solo de niños, personas mayores o enfermas, sino de todos en general.

Entre sus muchas bondades, nos ayudan a relajarnos y a liberar tensión, algo que difícilmente se encuentra gratuitamente hoy en día.

Así que ¿Por qué no aprovechar tan buena compañía para ejercitarnos?

Salir a caminar, trotar o correr según sea el caso puede ser una muy buena manera de comenzar el día, o de terminarlo.

Nuestro perro lo agradecerá y también le hará bien, digamos que ese tiempo estará doblemente aprovechado.

En el caso de las personas mayores, una caminata por la mañana o tarde puede ser muy beneficiosa y servir para relajarse, platicar con algunos vecinos, hacer alguna compra en la «tiendita» e incluso convertir estos paseos una experiencia muy agradable al salir con otras personas y sus perros. Puede parecer exagerado, pero le aseguro que es una excelente manera de combatir el aburrimiento o la monotonía.

Si se trata de alguien a quien le gusta la aventura, cuánto mejor que se lleve a su can de excursión a descubrir el mundo y pasar ratos inolvidables y divertidos. Pero si no tiene tiempo para salir todos los días o es tal vez de aquellos a quienes el ejercicio no entusiasma tanto, tal vez unas breves sesiones en su casa con rutinas sencillas puedan estar acompañadas de la mirada curiosa de su gato.

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